Hermes Hijo de Zeus y Maya, fue el mensajero de los dioses, dios del comercio, de los ladrones , los tramposos y los viajeros. Inventó la lira, los pesos y medidas y los deportes. Se le representa con un manto de viaje y sandalias o talones alados. También como pastor. Hermes tenía un sombrero y sandalias aladas y llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con serpientes enrolladas y alas en la parte superior.
Guiaba a las almas de los muertos hacia el submundo y se creía que poseía poderes mágicos sobre el sueño. Hermes era también el dios del comercio, protector de comerciantes y pastores.
Como divinidad de los atletas, protegía los gimnasios y los estadios, y se lo consideraba responsable tanto de la buena suerte como de la abundancia. A pesar de sus virtuosas características, también era un peligroso enemigo, embaucador y ladrón. El día de su nacimiento robó el rebaño de su hermano, el dios del sol Apolo, oscureciendo su camino al hacer que la manada anduviera hacia atrás. Al enfrentarse con Apolo, Hermes negó haber robado. Los hermanos acabaron reconciliándose cuando Hermes le dio a Apolo su lira, recién inventada. En el primitivo arte griego, se representaba a Hermes como un hombre maduro y barbado; en el arte clásico, como un joven atlético, desnudo e imberbe como puede comprobarse en el Hermes de Praxíteles, en Olimpia.
El deporte helénico
El deporte profesional se fue diferenciando cada vez más del deporte aficionado, y, por consiguiente, del deporte escolar. Tanto en la época arcaica como en la helenística, la educación física fue esencialmente deportiva, dominada por la noble emulación del espíritu de competición: prepara al niño, y luego al adolescente, para intervenir honrosamente en los concursos consagrados a las diversas pruebas de atletismo. Los demás deportes quedan decididamente al margen.
Los deportes hípicos eran privilegio de una minoría aristocrática de grandes terratenientes. Y en este mismo medio, la equitación continúa formando parte de la educación juvenil, en un mismo plano con la gimnasia y el ejercicio de las armas. El deporte helénico conoce de muchas variedades de juegos con pelotas: la de frontón, la de robar la pelota, la triangular, la pelota "al aire" e inclusive una especie de jockey, que se jugaba con un cayado. Los jóvenes practicaban de ordinario todos estos juegos, conjuntamente con los demás deportes; pero solo a título de diversión. Estos juegos en sí no eran los deportes verdaderos.
En ninguna parte figuran en los programas de los Juegos, ni en los grandes Juegos Panhelénicos: Piticos, Istmicos, Nemeos y Juegos Olímpicos Antiguos.
Los Juegos Olímpicos Antiguos (776 a.C. – 394 d.C.) constituyeron la fiesta deportiva más importante de toda Grecia. El programa de estos Juegos estaba constituido por diferentes pruebas las cuales son muy bien conocidas: carreras, salto, lanzamientos de disco y jabalina, lucha, boxeo (pugilismo), pancracio y carreras de carros y de caballos.
Los Juegos Olímpicos de la antigüedad. En el 776 A.C. se inauguraron los primeros juegos registrados oficialmente, un acontecimiento deportivo tan importante que sirvió de base para medir el tiempo en la antigua Grecia, aunque es probable que la fecha real del origen de los juegos sea mucho más antigua. Desde los más remotos tiempos se había rendido culto a Zeus, el Dios supremo de los griegos, en su viejo altar que había en una colonia situada en la confluencia del Cladeo y el Alfeo. Más tarde, en el siglo V, en el bosque sagrado, el Atlis, descollaban entre los templos el dedicado a Zeus, en cuyo interior se alzaba la monumental estatua de mármol, de trece metros de altura, que representaba al Dios sentado, cubierto con ropas de oro. En aquel lugar se originaban las fiestas de Olimpia, embrión de los verdaderos Juegos Olímpicos; aunque es mucha la confusión entre los historiadores y aún entre los mismos griegos antiguos sobre el origen de los mismos. Estas fiestas originales de Olimpia pasaron por numerosas vicisitudes con motivo de las luchas guerreras y las invasiones en el Peloponeso. Hubo un periodo de interrupción y más tarde (se dice que en el año 884 a.C.) se produjo la "Tregua Sagrada" entre los reyes Cleóstenes e Iphitos, de Pisa y Elide, respectivamente, reviviéndose los festivales.
A Olimpia llegaban gentes de las más variadas clases y procedencias; desde todas las Ciudades Estado (Polis) llegaban peregrinos en multitud, visitantes y mercaderes y la campiña se cubría de tiendas y barracas. Numerosos son los personajes de la historia Griega que concurrieron en los juegos, entre otros Herotodo de quien se cuenta que leyó en Olimpia los primeros capítulos de su historia; filósofos como Sócrates, Platón, Aristóteles, Anaxágoras, Pitágoras y Diógenes; célebres curanderos y charlatanes como Menecrates de Siracusa; escultores jóvenes y viejos, y por supuesto, Fidias entre ellos; hombres de estado como Filipo de Macedonia y el famoso general ateniense Temístocles, que se presentó en el estadio después de la batalla de Salamina y los espectadores prescindieron de los juegos para aclamar al héroe. Durante los días que duraban los juegos, la comarca se consideraba un Estado neutral y se establecía la tregua sagrada que impedía cualquier tipo de guerra. Una leyenda dice que en 1255 a.C. Hércules, el héroe griego, tomó como tarea limpiar los establos de Angias, rey de la Elide, que poseía numerosos animales y cuya suciedad provocaba epidemias en la zona. Para ello desvió el curso del río Alfeo haciéndole pasar por los establos del rey, que así fueron limpiados.
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